Durante la etapa de la Colonia española solamente a los blancos, es decir a los criollos y españoles peninsulares les estaba permitido montar a caballo, pero, dado lo extenso de los territorios y las grandes cantidades de ganado, los encomenderos y posteriormente los hacendados, se vieron en la necesidad de emplear vaqueros y arrendadores mestizos e incluso indígenas en las faenas del campo. Estas faenas se realizaban a caballo y con reatas. Para que los indígenas pudieran montar, se les ponían como condiciones que usaran vestimentas de cuero o gamuza y que fueran empleados por un terrateniente.
A principios del siglo XX, después de la Reforma Agraria surgida a raíz de la Revolución mexicana, comenzó la Charrería a conformarse como deporte. Ello implicaba hacer alarde de las habilidades ecuestre que los charros o vaqueros mexicanos realizaban para ganarse la vida y también para divertirse durante las fiestas o ferias de su localidad o región. La Charrería está registrada en la Comisión Nacional del Deporte y se practica en "lienzos charros" que son instalaciones especialmente diseñadas para su práctica y cuentan con establos, ruedo, y partidero.
Este deporte se ha trasmitido de generación en generación y muchos arreos como espuelas, frenos, cabezadas y monturas son sucedidos desde abuelos o bisabuelos creándose familias de mucha tradición, pese a que puede considerarse como un deporte extremo por el riesgo y peligro que se corre al manejar ganado y hacer cada vez más vistosas las suertes, nuevas generaciones vienen empujando creando así un deporte de alto rendimiento, incluso ha iniciado en las dos últimas décadas el profesionalismo de sus participantes.
Como un dato adicional, este deporte para llegar a obtener un nivel importante es necesario que se practique desde niño, puesto que requiere además de ser un buen jinete, dominar las florituras que se hacen con la soga o reata, de ahí que nazca un sabio refrán "La Charrería se aprende con babas y no con barbas" quienes practican este deporte, gozan de montar a caballo y poseen gran valor y arrojo.
Finalmente podemos decir que el traje de charro es el traje típico con que se identifica a México en muchas partes del mundo, no obstante que en cada región o Estado existen trajes típicos de la región, sin embargo dado lo elegante e imponente del traje se ha adoptado como traje típico de esta nación, existe un verso que dice: "quien se viste de charro se viste doblemente de caballero".
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